Internet es un pésimo Cupido
Un estudio realizado en España revela que en la búsqueda de una relación de pareja estable, la red no ofrece la seguridad de las agencias tradicionales. De acuerdo con un estudio realizado por la agencia Samsara, dedicado a la búsqueda de relaciones estables, 77 % de las mujeres mienten, frente a 71 % masculino y tan sólo dos de cada 100 mujeres encuentran lo que buscan a través de la red, mientras que sólo tres de cada 10 mensajes enviados por hombres obtienen respuesta. Los chats y los portales de contactos proporcionan un sistema rápido y fácil para encontrar perso-nas que también buscan pareja. El uso de estas superficies ha crecido mucho y la gente lo ha utilizado como alternativa a las tradicionales agencias matrimoniales, pero “en mi opinión, la mayoría de quienes utilizan los portales de internet no quieren una relación estable”, asegura María Carme Banús, directo-ra de la empresa Samsara, ubicada en Barcelona (España) y avaladora de este estudio, realizado en toda España. Sin embargo, parece que las cifras hablan por sí solas. Las mentiras por pudor o por miedo a mostrarse tal y como se es, influyen negativamen-te en las posibles relaciones venideras. Al encontrarse cara a cara, a menudo llega la decepción, porque se descubren secretos escondidos y uno se da cuenta que lo esperado no era nada más que el fruto de la fantasía cibernética. Recurrir a las tradicionales agencias Ante esta inseguridad y miedo que a veces ofrece la red, las agencias matrimoniales tradicionales alzan la voz para reivindicar que son un sistema mucho más seguro para encontrar la persona que más conviene. Samsara, como muchas otras agencias matrimoniales o de relaciones estables, como prefieren llamarse ahora (porque está más en sintonía con los tiempos actuales), ofrece, desde 1995, un servicio especializado para encontrar la pareja idónea de la manera más fácil, práctica y segura mediante un sistema personalizado de selección. Su principal mérito, afirma, es el ahorro de tiempo, riesgos y la garantía de veracidad, seriedad y transparencia para encontrar pareja estable. Banús, su directora, afirma que sus servicios tienen 70% de efectividad. El proceso de selección La citada agencia sigue un proceso de tres pasos para encontrar las mejores parejas estables. En primer lugar, someten al cliente a una entrevista para conocer su personalidad y sus intereses. Banús dice que el tipo de pareja que se pide ha cambiado bastante en los últimos años. “Cada vez más se nos piden parejas ‘coindependientes’. Hoy en día se busca mayoritariamente un compañero o compañera”. Luego, en función de las preferencias y de distintos parámetros como la edad, la situación socieconómica, las creencias, el aspecto físico y el estilo de vida, seleccionan las personas más adecuadas para presentar al cliente. A partir de aquí, ya sólo queda enseñar las herramientas para ponerse en contacto con la pareja ideal y, quién sabe, si para seducirla también. El equipo de consultores de estas agencias está formado por sicólogos y otros profesionales que velan por la confidencialidad y dan un trato realista al cliente que acude a la agencia para encontrar pareja estable. El perfil del single La mayoría de los solteros que buscan pareja en Samsara tienen entre 35 y 60 años. Son solteros (40%), divorciados (32%) y separados (22%). Por último, están los viudos, con 6%. Para recurrir a los servicios de la agencia, todos deben acreditar su estado civil, para no entrar en posibles engaños que no beneficiarían a nadie. De todos los pretendientes, 51% son licenciados o con estudios superiores; 26% tiene estudios técnicos o bachillerato; y el resto estudios básicos o elementales. Por sexos, las mujeres superan en porcentaje a los hombres, aunque la diferencia es muy menor: 53% para ellas y 47% para ellos, una cifra ideal para crear parejas, en el caso de que sean heterosexuales. Vía: El Universal
Muchas son las personas que tratan de buscar a ese hombre o mujer tan especial con el que han soñado a través de internet, pero pocas son las relaciones serias que llegan a cuajar, porque las mentiras y la falta de seguridad del ciberespacio no propician los intercambios amorosos.